Los ojos son susceptibles de ser infectados por distintos microorganismos, provocando algunas de las enfermedades con síntomas más incómodos.
Dolor, secreciones oculares, irritación, visión borrosa, sequedad, ardor… Estos son algunos de los síntomas más comunes que sufrimos cuando padecemos de una infección ocular, un grupo de enfermedades muy común que pueden conducir a dolencias graves e incluso la ceguera.
Los ojos, por lo tanto, al estar expuestos al medio exterior son una vía de fácil acceso para los patógenos especializados en su infección. En este artículo veremos cuáles son las principales infecciones que se pueden desarrollar en los ojos, así como los tratamientos más usados y algunos consejos para prevenirlas.
- Conjuntivitis
La conjuntivitis es la infección bacteriana o viral de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre el párpado y la córnea. El enrojecimiento ocular característico de esta enfermedad es debido a que, por la respuesta del sistema inmune a la infección, los vasos sanguíneos de la conjuntiva se inflaman y se hacen más visibles.
Pese a que los síntomas de dolor, hinchazón y lagrimeo pueden ser muy molestos, la conjuntivitis raramente afecta a la visión. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa y puede ser básicamente de dos tipos:
Conjuntivitis bacteriana:
Es el tipo de conjuntivitis más frecuente. Es muy contagiosa, especialmente en las épocas calurosas del año. Su principal característica es que el ojo se vuelve de color rojo y se produce una secreción mucosa en la parte inferior de este. Empieza en uno de los dos ojos pero suele extenderse rápidamente al otro.
Conjuntivitis vírica:
Es el tipo de conjuntivitis más peligrosa porque, además de no poder ser tratada con antibióticos, tiene una sintomatología asociada que incluye malestar general, dolor de garganta y fiebre, cosa que no sucede con la bacteriana. Es altamente contagiosa porque la persona puede transmitirlo cuando todavía no tiene síntomas. En este caso, el ojo adquiere una coloración más rosácea.
- Queratitis
La queratitis es una infección de la córnea, el tejido transparente que se encuentra delante del iris. De no tratarse, la queratitis puede ser una infección grave que ocasiona complicaciones y daños permanentes en la vista.
La queratitis cursa con una sintomatología similar a la conjuntivitis, además de sensibilidad a la luz, visión disminuida, sensación de cuerpo extraño en el ojo y dificultad para abrir los ojos a causa del dolor.
En función del patógeno causante, hay distintos tipos de queratitis:
Queratitis bacteriana:
Este tipo de queratitis es provocada por muchas especies distintas de bacterias, especialmente de los géneros “Staphylococcus” y “Pseudomonas”, que consiguen penetrar la córnea después de una lesión de esta o por una falta de higiene personal. Puede ser grave ya que de no ser tratada es posible que derive en ceguera en la propagación a otros tejidos.
Queratitis vírica:
El Virus del Herpes Simple puede provocar una infección de la córnea que cursa con la sintomatología anteriormente mencionada. Puede ser más grave ya que el tratamiento con antibióticos no funciona.
Queratitis micótica:
La queratitis micótica se desarrolla cuando algunas especies de hongos infectan la córnea. Generalmente provocada por el género “Fusarium”, estas infecciones por hongos se suelen dar cuando nos hemos hecho una lesión en la córnea y tienen vía libre para entrar.
Queratitis por acanthamoeba:
Acanthamoeba es un parásito que puede infectar la córnea especialmente en usuarios de lentes de contacto. Es por ello que deben seguirse las indicaciones de seguridad, pues este parásito puede aprovecharse de unas malas condiciones higiénicas en estas lentillas para llegar a la córnea y provocar la infección de la misma.
- Orzuelo
Un orzuelo es una infección del borde del párpado inferior que se detecta por la presencia de un bulto rojo con pus y que trae consigo una sintomatología dolorosa. Suelen desaparecer sin ningún tratamiento a los pocos días, aunque el dolor puede aliviarse con algunas pomadas antibióticas.
Esta enfermedad sucede cuando bacterias del grupo de los estafilococos infectan las glándulas sebáceas del párpado.
- Tracoma
El tracoma es una enfermedad ocular que representa la principal causa de ceguera en el mundo: casi 2 millones de personas padecen de incapacidad visual a causa de esta infección.
Responsable de daños irreversibles, la bacteria “Chlamydia trachomatis” provoca una enfermedad ocular altamente contagiosa, especialmente en países del Tercer Mundo, donde es endémica.
Al principio provoca irritación en ojos y párpados para, posteriormente, derivar en una hinchazón de estos y drenaje de pus de los ojos. Infecciones recurrentes por esta bacteria pueden acabar causando pérdida de visión e incluso ceguera.
Comentarios