Un niño perdió la vida tras hacer un peligroso reto de tiktok

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El 25 % de los usuarios de TikTok tiene entre 10 y 19 años. La mayoría de estos jóvenes han llevado a cabo uno de los fenómenos más comunes en esta plataforma: los retos virales. Algunos son inocuos, como llevar a cabo el baile de Chicken Teriyaki, de Rosalía. Otros, en cambio, suelen ser mortales, como el que se ha llevado la vida de Archie Battersbee.

Este niño británico de 12 años era un talentoso gimnasta y amante de las artes marciales mixtas. También, y como cualquier adolescente, un aficionado a subir videos a esta red social. El pasado 7 de abril, Archie quiso cumplir un desafío online, el “Blackout Challenge”, que consistía en aguantar la respiración hasta desmayarse. Para ello, cogió una soga y se la ató al cuello.

Cuando su madre lo encontró en la habitación, el niño ya tenía un severo daño cerebral y sus lesiones eran irreversibles. Desde entonces estuvo ingresado en el Hospital Royal London, hasta que el pasado 6 de agosto se le desconectó de su soporte vital. Esta última decisión, la de ser desconectado, fue un desenlace con el que sus padres no estaban de acuerdo…

“Era un niño muy hermoso. Luchó hasta el final y estoy muy orgullosa de ser su madre”.

Archie Battersbee y un final no deseado
Hay finales que arrastran consigo una doble tragedia. Y este es un ejemplo de ello. El primer drama aconteció, como es comprensible, cuando la familia descubrió el cuerpo de Archie asfixiado en su habitación. El segundo golpe lo recibieron unos padres que mantenían un anhelo casi imposible, desesperado. Que su hijo mostrara mejoría en algún momento.

Desde que el pequeño fue ingresado en el Royal London Hospital en Whitechapel, los médicos sabían que el niño presentaba muerte cerebral y que lo mejor era no prolongar su sufrimiento. Sin embargo, Paul Battersbee y Hollie Dance se negaban a ello y confiaban en su futura recuperación. Mantenían, como es de esperar, un hálito de necesitada esperanza.

Las discrepancias entre el hospital y la familia derivaron en un litigo que llegó hasta el Tribunal Superior de Londres. Finalmente, a principios de julio, la jueza Emma Arbuthnot, dictaminó el retiro del soporte vital al pequeño. Para llegar a esa decisión, se llevó a cabo la prueba del tronco encefálico, o el diagnóstico de la muerte encefálica.

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