El caso de Martin Pistorius, un sudafricano de 38 años, es inspiradora y esperanzadora.
Cuando tenía 12 años sufrió de una meningitis criptocócica, que fue quitándole algunas funciones motoras hasta quedar en una especie de «estado vegetativo» que hizo pensar a sus familiares y médicos que había perdido la consciencia, según detalla Infobae.
Unos años después de haber caído en ese estado, el adolescente -de 16 años en ese momento- retomó su conciencia pero sin que el resto lo supiera. Así pasó ocho largos años “encerrado en su cuerpo” sin ninguna función motora pero con su cerebro trabajando.
Hasta escuchó a su madre desesperada por la situación llegó a decirle un día: «ojalá te murieras», según detalla el sitio RT.
El joven estuvo en su casa al cuidado de sus padres y una enfermera quien se dio cuenta de lo que podía estar ocurriendo, al ver que Martin podía percibir lo que ocurría a su alrededor.
Allí sus padres ordenaron una serie de estudios que determinaron que las sospechas eran ciertas. Martín tenía conciencia. Ante el nuevo cuadro, un equipo de médicos comenzó a realizarle tratamientos que permitieron a Martin poder mover su cuerpo.
Al cumplir 20 años aprendió a comunicarse a través de una palanca de mando (con un software creado por sus padres), que fue el avance más importante. Luego aprendió a manejar una silla de ruedas y consiguió su primer trabajo archivando papeles en una institución gubernamental.
Estudió ciencias de la computación y creó su propia empresa de diseño. También escribió un libro contando su anécdota y se casó a los 33 años.
Martin Pistorius ahora se comunica a través de un teclado que sonoriza lo que quiere decir y está aprendiendo a conducir, a pesar de estar en silla de ruedas.
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