Morderse las uñas: esto pasa en tu cuerpo cada vez que lo haces

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Este hábito automático, adictivo e inconsciente tiene un origen psicológico, tal y como informa Lidia Asensi, experta en psicología: «La Asociación Americana de Psiquiatría calificó la onicofagia dentro de los trastornos de tipo obsesivo compulsivo. Este tipo de trastornos están relacionado con una elevada ansiedad , la cual a la persona le resulta difícil de gestionar. Es esta ansiedad la que lleva a la persona a poner en marcha conductas compulsivas para contrarrestrarla».

Causas de morderse las uñas
Puede haber varios motivos que generen la conducta de comerse las uñas:

  1. Estrés. «Muchas personas se muerden las uñas ante una situación concreta como puede ser un examen, una reunión o por acumulación de estrés diario», cuenta Leticia Doñagueda, de El Prado Psicólogos .
  2. Para calmar situaciones que generan ansiedad. «Cuando se encuentran en situaciones que les provocan nervio o angustia, favorece la necesidad de morder las uñas», dice la experta.
  3. Timidez o baja autoestima. «Frustración, rabia, perfeccionismo o personas con un alto nivel de exigencia son rasgos que pueden ayudar a la aparición de la onicofagia», dicen Lidia Asensi y Leticia Doñagueda.
  4. Miedo. «Aunque no se haya asociado, el miedo es un factor generador de la puesta en marcha de esta conducta», dice Lidia Asensi, de Psicología Madrid .

«Ante estas emociones, el morderse las uñas tiene un efecto calmante para las personas que emplean esta conducta. En algún momento anterior, estas personas aprendieron que morderse las uñas les ayudaba a ‘gestionar’ la situación estresante en la que se encontraban, obteniendo una sensación de calma posteriormente», explica la psicóloga Lidia Asensi.

La onicofagia, dañina a tres niveles

Según explica la experta de Psicología Madrid Lidia Asensi, morderse las uñas tiene consecuencias negativa a diferentes niveles: «A nivel físico porque aparece sangrado, infecciones y desconfiguración de los dedos y/o dientes, y a nivel emocional puede generar frustración debido a que es una conducta difícil de controlar», explica la psicóloga, y añade otro nivel: «también está el nivel social, ya que puede resultar poco atractivo presentar las manos con las uñas mordidas, afectando así a la imagen de la persona».

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