¿Cómo son los cambios que experimentamos en nuestra vagina y vulva a lo largo de los años? Ni los cuidados ni su aspecto son igual con 20 que con 50 años, por eso es importante conocer esos cambios, así podremos saber qué es normal y qué no.
La vagina y la vulva cambian en las diferentes etapas de la vida de la mujer. No necesitan los mismos cuidados a los 20 años, que a los 40 o 50. Descubre cómo son los cambios que experimentarás en tu vagina con los años.
Cambios en la vagina que suceden con la edad
Jóvenes
Los tejidos vaginales están más tonificados y el flujo es abundante. “A las jóvenes les suele molestar el exceso de flujo, de manera que se lavan mucho y utilizan salvaslip. Esto favorece la aparición de hongos (picor intenso, flujo blanco y grumoso, como el yogur) en vulva y entrada de la vagina”, advierte la ginecóloga María Ferrero.
La pubertad tiende a ocurrir entre los 8 y los 13 años, según el Centro para la Salud de las Mujeres Jóvenes. Cuando ocurre la pubertad, los niveles de estrógeno aumentan y la vagina comienza a madurar y ocurrirá tu primer período menstrual.
En tus 20 años, la apariencia de tu vagina puede cambiar drásticamente debido a las hormonas y al control de la natalidad
A los 20 años, los labios internos y externos en la parte visible de tus genitales pueden crecer de tamaño e incluso cambiar de color. Según expertos, ningún tamaño o color en particular es correcto o incorrecto, ya que las apariencias varían.
A medida que ingresas a los 30, tu vagina perderá su tono muscular natural y los ejercicios de Kegel que fortalecen el piso pélvico se vuelven cada vez más importantes.
Hoy en día, muchas están posponiendo el parto a los 30 y 40 años, cuando los músculos del piso pélvico se debilitan y disminuyen el tono porque, bueno, la gravedad no es nuestra amiga.
A partir de los 40-45
El flujo comienza a cambiar: es menos transparente, más cremoso y de color blanco amarillento. “Esto hace que lubrique menos la zona, por lo que son más frecuentes las irritaciones de la vulva (enrojecimiento, picor, escozor)”, señala Ferrero.
Posparto
Tras el parto, los niveles de estrógenos descienden, sobre todo en las madres que dan el pecho, provocando menos flujo y sequedad vaginal. “Para mejorar las relaciones sexuales, se recomienda utilizar lubricante neutro, sin olores ni sabores”, aconseja Georgina Picas Bernadell, matrona en el Centro Joven de Atención a las Sexualidades (CJAS), en Barcelona.
Menopausia
En esta fase, la piel de la vagina pierde elasticidad: se vuelve más fina y seca. “El flujo desaparece, lo que favorece la aparición de irritación en la zona”, señala la ginecóloga. Por eso se recomienda hidratar la vulva y la vagina. “El aceite de oliva puede utilizarse para hidratar la vulva y, en el caso de la vagina, hay que emplear productos hidra- tantes vaginales”, indica la matrona. Quien aconseja tener menos relaciones coitocentristas, “hay que buscar otro tipo de sexualidad que puede ser igual de placentera, por ejemplo, la masturbación compartida, el masaje erótico, etc.”.
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